Supera los malos rollos que tienes que aguantar en tu trabajo: subidas de sueldos o hacer más horas que tu compañero

Hay una frase que lo resume todo: “fíjate si será malo el trabajar que te pagan por ello”. Y es cierto. Lo de trabajar, salvo que seas un gran amante de tu trabajo te acaba por quemar. Aunque es cierto que puede ser el trabajo más bonito del mundo, o por el que has luchado toda la vida, que como veas alguna situación que no te gusta a tu alrededor, puede pasar a ser toda una pesadilla.

Está claro que todos vemos en el horizonte la jubilación, y eso por algo será. El otro día leía en una entrevista que una médica, la mejor del mundo, había cumplido 65 años y se jubilaba. Al periodista que hacía las preguntas le sorprendió que se fuera así de repente. Ella contestó que le hubiera gustado seguir más años, pero que ahora mismo la Atención Primaria tiene tal cantidad de trabajo que le era imposible, por eso se tomaba la jubilación justo al cumplir los años legales. Y así ocurre con más casos, sobre todo con funcionarios que, pese a no cobrar el 100% de lo cotizado, deciden irse un par de años antes porque no aguantan la tensión.

Por estos motivos es muy importante tener un ambiente de trabajo adecuado. Un jefe, si lo tenemos, que te cuide, te mime y te sepa valorar. Y sobre todo que no haya comparaciones con otros compañeros que te hagan sentir mal. Siempre digo que el mal de este mundo es la comparación. Me explico. ¿Estás bien en tu trabajo? Pues quizás sí, pero si te enteras que tu compañero por menos funciones cobra más, pues oye, seguro que ya no empiezas a estar tan bien.  Lo mismo ocurre con muchos aspectos de la vida.

Por eso, hoy queremos hacer un ejercicio de superación Y vamos a intentar superar esos malos rollos que ocurren en las oficinas. Nos referimos a esas subidas de sueldo de los compañeros, a tener que hacer más horas que nadie o que te toque estar de guardia y a otros no. Ya vas a ver que hay muchas situaciones parecidas.

Subida de sueldo al más vago

Esto puede ser una estocada muy dura porque es la típica falta de reconocimiento y valoración por parte de los superiores. Y eso duele mucho. Y más aún si esa subida de sueldo llega para el más vago de toda la oficina. ¿Qué se puede hacer para que esto no ocurra? Pues la empresa debe realizar evaluaciones de desempeño justas y transparentes para reconocer el esfuerzo de los empleados. Que se dé a cada uno lo que merece, ya que de lo contrario se puede producir una situación de mal rollo muy complicada.

Carga de trabajo excesiva sin compensación adecuada

El tener mucho trabajo, mucho más, que el compañero es algo que siempre genera malos rollos. Y es que es duro ver cómo tú no llegas y el de al lado se está buscando en Internet las vacaciones del próximo verano. Para ello el jefe debe establecer un equilibrio entre la carga de trabajo y la compensación ofrecida. Para esto hay ahora mismo en el mercado buenas herramientas, como la de Registro de Jornada Laboral, para saber lo que hace cada empleado y durante tanto tiempo. Estas apps son vitales y efectivas para saber quién se merece más y quién menos.

Discriminación en las oportunidades de ascenso o en la asignación de tareas

Los ascensos de categoría son otro aspecto que se tienen que tener muy en cuenta y hacerlo de manera justa. No se puede hacer que el último que haya llegado tengas más oportunidades que el que lleva toda la vida dando el callo. Por eso, la empresa tiene que promover la igualdad de oportunidades y la meritocracia en el desarrollo profesional. Meritocracia, una palabra que parece que ha desaparecido del mundo laboral.

Ambiente laboral tóxico o conflictivo

Todas estas cuestiones provocan un ambiente laboral muy tóxico. Por eso, el jefe, y va en sus funciones y en su sueldo, tiene que fomentar un ambiente de trabajo positivo y colaborativo, donde se promueva el respeto y la comunicación efectiva.

Falta de comunicación transparente y honesta por parte de la dirección.

Por último, la falta de comunicación y de trasparencia de una empresa puede provocar desencantos entre sus trabajadores. Es lo típico que ya no se fían. Por eso, hay que mejorar la comunicación interna a través de reuniones regulares, encuestas de satisfacción y canales de retroalimentación abiertos.

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