Existen un montón de razones por las cuales podemos estar envueltos en un proceso judicial. Lo podemos hacer desde los dos planos: desde el de la persona o empresa que ha denunciado hasta la que ha sido denunciada. Estamos hablando de una de las situaciones con las que hay que tener un mayor cuidado y en las que es necesario tener un asesoramiento en el que realmente confiemos. Si no es así, no nos va a resultar nada cómodo tener que pasar por una situación como la que estamos describiendo y poder defender nuestra posición con la firmeza con la que realmente debemos hacerlo.
No solo tenemos que contar con los servicios de un buen abogado, sino que también es necesario apostar por un procurador que sea eficaz. Una de las situaciones que nos produce más tensión y más molestia en relación a un juicio es la cantidad de semanas y meses que se alarga. La eficacia del procurador a la hora de presentar documentos en nuestro nombre va a ser imprescindible para conseguir que se acelere el proceso en la medida de lo posible y que no resulte demasiado pesado. A nadie le gusta perder el tiempo en asuntos de este tipo, especialmente si tienen que ver con nuestra empresa y ese tiempo podríamos estar dedicándolo a algo que nos diera dinero.
La figura del procurador está ganando en importancia a medida que pasan los años y el número de procesos judiciales crece en un país como el nuestro. La prioridad tanto de los particulares como de las empresas privadas es resolver sus litigios de una manera lo más rápida posible. Y eso es lo que, en opinión de los dirigentes de Procuradores Burgos, una entidad especializada en la provisión de servicios profesionales como de los que estamos hablando, está haciendo crecer el número de contrataciones de especialistas de este tipo.
En una noticia que publicó el portal web Newtral se indicaba cuál era la duración media de los procesos judiciales en el interior de nuestras fronteras. Ese dato es de 255 días, una auténtica barbaridad. El motivo es que las personas que se encuentran trabajando en las diferentes instancias judiciales no son suficientes para sacar todo el trabajo que se va generando con el paso de los días. El sector público no contrata a más personas que tengan que ver con este asunto y la verdad es que eso termina generando problemas como de los que venimos hablando y que producen no solo que se alarguen los procesos, sino que también se vaya formando una lista de espera muy larga.
La noticia de la que hemos hablado en el párrafo anterior también indica que hay procesos judiciales que tienen que ver con una herencia o un contrato que se alargan por dos años. Esta situación nos parece que es inadmisible y que se debería recortar. Por desgracia, las personas que nos vemos envueltas en procesos de este tipo solo podemos hacer lo que os estábamos indicando previamente: tratar de acortar lo que sea posible a través de la figura de un procurador que sea eficaz y en el que confiemos de una manera plena. Si esperamos que todo esto sea acelerado por parte de los Juzgados, mal vamos.
En otra información, en este caso publicada en la página web Poderjudicial.es, se hace referencia a que los juzgados y tribunales de toda España registraron durante el año 2022 un total de 6’6 millones de casos, un número que superaba en un 6’5% el número del año anterior. Está claro que es una cifra desorbitada y que no se puede reducir a no ser de que se aceleren los procesos o se contrate una mayor cantidad de personal especializado en este tema en los juzgados. Está claro que cada año depara un montón de nuevos casos y que debemos controlar de alguna manera el número de casos pendientes para que un caso que se ha producido hoy no tenga que ser juzgado dentro de una gran cantidad de años, algo que se ha convertido en habitual en el interior de nuestras fronteras.
Cuando un juicio se alarga, la cantidad de molestias que ocasiona para todas las partes va creciendo de una manera exponencial. Y es normal que el cabreo de las personas que están inmersas en el proceso vaya en aumento. La verdad es que se debería hacer todo lo que sea posible para reducir la cantidad de días que dura un proceso judicial en España. 255 de media es una auténtica barbaridad y, a fin de cuentas, hace que las empresas y las personas seamos menos eficaces. Cuando un problema se alarga en el tiempo y nos genera preocupaciones, al final le dedicamos menos tiempo y recursos cognitivos al resto de cuestiones.
España, a la cola de Europa
El nuestro es uno de los países que presenta una mayor cantidad de dificultades para resolver un proceso judicial. Y también es uno de los que necesitan más días para ello. En este sentido, el margen de mejora que tenemos es más que considerable, sobre todo porque las cosas en materia judicial se pueden hacer mucho mejor de lo que se hacen. Hay países, como es el caso de los escandinavos o Bélgica y Países Bajos, en los que la justicia es mucho más rápida que en España. Aunque es cierto que son países que cuentan con menos población que el nuestro en todos los casos, se trata de naciones que se han tomado mucho más en serio este asunto y en los que no se admite que la espera para resolver un tema de este tipo sea demasiado larga ni que el proceso en sí se extienda más de la cuenta.
Como veis, hay espejos en los que fijarse y eso es lo que debe hacer la justicia española. Por supuesto, esta no es una crítica para los jueces ni para ninguna otra persona que trabaje dentro de este ámbito, sino para las instituciones públicas que impiden que la contratación en estos campos sea mucho mayor, algo que solventaría buena parte de los problemas de los que estamos hablando y que, dicho sea de paso, podría ayudar también en lo que tiene que ver con la reducción del número de parados en España, que suele ser bastante alta y que no es menos importante en el caso de una materia como el Derecho.
La situación es igual cuando gobiernan los de un color que cuando lo hacen los del contrario. Y esta que estamos haciendo no es una crítica partidista ni mucho menos. La situación en la que se encuentra la justicia española no es nueva y debería ser tratada con urgencias para que las personas implicadas en algún proceso judicial no tengan que ver cómo se eterniza dicho proceso, un asunto que también perjudica y molesta a todas esas personas que se desempeñan en un ámbito tan importante como el del Derecho y que muchas veces no pueden realizar su trabajo como deberían o como les gustaría.
¿Van a cambiar las cosas?
Esta es la pregunta del millón, la que probablemente os estéis haciendo todos y cada uno de vosotros, especialmente si habéis tenido que sufrir en vuestras carnes todo lo concerniente a un retraso en un proceso judicial. Nos gustaría responder que sí, que van a cambiar las cosas en relación a un tema como este en el interior de nuestras fronteras. Pero creemos que es justo decir que no existe ninguna evidencia que lo clarifique. Ojalá la situación fuera diferente y que cambie en algún momento de la historia de nuestro país. Por ahora, no parece que vaya a ser así.
Lo mejor que podemos hacer si nos encontramos dentro de un proceso judicial es contar con la ayuda y consejo de los profesionales que cuentan con una amplia experiencia en este tipo de situaciones. Un buen abogado y un procurador de confianza siempre van a hacer el proceso mucho mejor de acuerdo a nuestros intereses, nos van a quitar cargas de la cabeza y se van a encargar de defender esos intereses. Tenemos derecho a que así sea y debemos aprovechar esta oportunidad que sí que nos brinda el sistema judicial español en los tiempos que corren.
A lo largo de todos estos párrafos, hemos hablado de un tema que nos incumbe a todos y todas. Aunque en el momento actual no tengamos ningún proceso judicial abierto, nunca podemos decir que no lo vamos a tener. Rara es la persona que vive durante toda su vida sin tener que poner una denuncia por cualquier motivo. Os recomendamos que estéis al tanto de cómo evoluciona un asunto como del que hemos venido hablando a lo largo de todos estos párrafos. Sin duda, es algo que os va a ayudar a conocer mejor el ámbito en el que os vais a mover si finalmente os veis integrados en un proceso judicial de cualquier ámbito.
