Reconstruir motores es una actividad con demanda en el sector de la automoción. Si eres mecánico y te gustan los coches, reconstruir motores para turismos y furgonetas puede ser una interesante fuente de ingresos. Te hablamos un poco más de este peculiar servicio.
Existe una sintonía entre algunos amantes del motor y sus mecánicos. Ricardo, un camionero de Bilbao, invirtió sus ahorros en transformar un Dodge Challenger de segunda mano en un coche a su medida. Entre otras modificaciones, le colocó neumáticos de competición y un motor BMW. Todas las transformaciones se las hicieron en un taller de confianza de su barrio: Recalde. Le acompañé en algún pequeño viaje por Vizcaya y aquella máquina era impresionante.
Cuando quieres tunear un vehículo, los buenos conductores saben que es más importante tener un motor potente que la apariencia del coche.
Es aquí donde los mecánicos hacen todo tipo de trucos para dotar a sus clientes del motor que andan buscando. Si controlas de mecánica, sabes que puedes personalizar un motor igual que puedes hacer con el chasis o con los complementos.
Algunos clientes aprecian esta habilidad. Después de todo, el motor es el corazón del automóvil.
Para cualquier mecánico con experiencia y un poco de creatividad, reconstruir motores puede ser un servicio bien retribuido que puedes ofrecer a tus clientes.
El tuning y la televisión.
A principios del siglo XXI se puso de moda entre un sector de la juventud la personalización de vehículos. El tuning. Se veía como una expresión de la cultura urbana. Los jóvenes modificaban sus coches añadiéndoles equipos de sonido, llantas metalizadas, alerones y un sinfín de complementos para lucir un coche exclusivo y personal. En esta fiebre por modificar los coches influyeron algunos Realities que nos llegaron de Estados Unidos, y que se emitían por los canales temáticos de la TDT.
La Revista Car nos habla de uno de los más populares: Gas Monkey. Su protagonista, el texano Richard Rawlings se dedicaba a la compra-venta de coches de segunda mano mucho antes de que diera el salto a la televisión.
Cuenta en el reportaje que desde que tenía 16 años, se especializó en comprar coches clásicos en malas condiciones que después arreglaba y los ponía a la venta.
Su padre le dijo, cuando él era un adolescente, que si se presentaba con efectivo ante un particular que quería vender su coche por 10.000 dólares, lo más seguro es que se lo pudiera llevar por 5.000. La afición de Richard por lo coches y su olfato para los negocios, vio en este nicho, un terreno lucrativo.
En el 2004 se asoció con Aaron Kaufman, un experimentado mecánico que compartía con él su pasión por los coches clásicos. Auron y su equipo conseguía reconstruir un coche antiguo de manera que pareciera salido de fábrica el año de su edición. Esto incluía retocar el motor, la pintura, la chapa, la tapicería, los faros, etc.
Durante la andadura del taller, Richard, que era el que se dedicaba a las operaciones comerciales, descubrió que los clientes le pedían coches a medida. Ya no es que un mustang del 69 pareciera original, sino que el cliente quería que se asemejara al coche que conducía Steve McQueen en la película Bullitt por las calles de San Francisco o que tuviera la tapicería que a su nuevo propietario le gustaba.
Un servicio personalizado que hizo que la popularidad de Richard y Aaron creciera como la espuma. Tanto es así, que el vicepresidente de Discovery Channel accedió a que hicieran una serie.
Dice Richard que la restauración de un coche es más lenta y da más quebraderos de cabeza de lo que sales por televisión. Pero el programa debía adaptarse a un formato y a un ritmo narrativo determinado. Después de todo es un Show basado en la realidad, no un documental sobre el taller.
La dificultad para encontrar piezas originales.
El día a día de un mecánico está lleno de iniciativa y creatividad. Nada sale como estaba previsto. Los problemas obligan a improvisar sobre la marcha y a buscar soluciones ingeniosas.
Un ejemplo de ello lo encontramos en la reparación de coches clásicos. En muchos modelos de los años 70, 80 y 90 es difícil encontrar piezas de recambio originales. O han dejado de fabricarse o hay que importarlas. Lo que hace que el precio sea más costoso y el tiempo de reparación mayor.
Para algunos talleres, los desguaces se han convertido en uno de sus proveedores referenciales. Para encontrar piezas concretas, el mecánico debe desplazarse a un cementerio de automóviles y bucear entre la chatarra para localizar el elemento necesario.
La revista digital Autonocion nos habla de un escollo añadido: los problemas de suministro de recambios de automóvil a escala global.
Según ellos, todo arranca del parón de la producción durante la pandemia del COVID-19. En las primeras etapas de la pandemia, muchas fábricas en todo el mundo cerraron, lo que llevó a una disminución en la producción de componentes.
A la pandemia le siguió la crisis de los semiconductores. Los fabricantes de microchips, un elemento necesario en los coches modernos, centraron su producción en la electrónica: teléfonos móviles, ordenadores portátiles, tablets y otros dispositivos domésticos, que aumentaron su demanda después de la pandemia. La reparación de automóviles, que era uno de sus principales mercados, quedó en segundo plano. Esto ha hecho que haya menos recambios electrónicos para coches y que sean más caros.
Las tensiones geopolíticas también influyen en la escasez de piezas de recambio. La guerra comercial y arancelaria entre EE.UU. y China y la guerra de Ucrania han hecho que los costes de importación suban y que los trámites para traer estos productos se compliquen.
El día a día de un mecánico incluye el uso de piezas compatibles, la adaptación de complementos y, en general, trabajar con los recursos que tienen a su alcance para solucionar las averías de los coches de sus clientes.
De forma natural, la reconstrucción de motores se ha convertido en un método habitual para resolver algunos problemas.
Las ventajas de los motores reconstruidos.
Los mecánicos de Mober, una empresa de Requena (Valencia) que se dedica a la construcción y venta de motores y cajas de cambio reconstruidas para turismos y vehículos industriales, dicen que los motores reconstruidos tienen una vida útil igual o superior a la de los motores originales.
Usar estos motores tiene una serie de ventajas para los propietarios de los vehículos. Estas son algunas de ellas:
- Es más económico que un motor nuevo. Desde luego, la principal ventaja es que estos motores salen más baratos que comprar un motor nuevo. Lo que los convierte en una opción asequible para que quieren reparar su vehículo sin gastar demasiado dinero.
- Eficiencia demostrada. Al desmotar los motores, limpiarlos, revisarlos y ensamblarlos con piezas nuevas o reacondicionadas, los motores reconstruidos recuperan su capacidad de rendimiento habitual, similar a la que tiene un motor salido de fábrica.
- Reducción del impacto ambiental. Reutilizar motores reconstruidos contribuye a reducir el desperdicio de materiales y la necesidad de fabricar nuevos componentes. Disminuyendo, así, la huella de carbono sobre el planeta y optimizando los recursos disponibles.
- Garantía y fiabilidad. Como sucede con cualquier producto, los motores reconstruidos tiene como mínimo un año de garantía. Algo que proporciona tranquilidad al cliente que sabe que el motor va a funcionar.
- Aumenta la vida útil del vehículo. Instalar estos motores permite mantener en funcionamiento vehículos más antiguos, durante más tiempo, sin necesidad de tener que comprar un vehículo nuevo.
- Estándares de calidad. Los motores reconstruidos que se montan o se venden en España deben cumplir una serie de requisitos mínimos de calidad que aseguran que este producto tiene una seguridad y una calidad mínima de funcionamiento.
- Disponibilidad para modelos descatalogados. En el caso de coches antiguos o modelos cuyo motor original ya no se fabrica, los motores reconstruidos son una alternativa viable para mantener estos vehículos en funcionamiento.
- Reducción de tiempos de reparación. Al no estar pendiente de importar piezas originales del fabricante, la reparación de los coches se acelera con el uso de estos motores.
- Personalización del motor. En algunos casos, los motores se pueden personalizar añadiéndole componentes o piezas para satisfacer las necesidades y gustos del cliente.
- Ahorro energético en la fabricación. Reconstruir un motor es un trabajo artesanal que requiere menos energía que fabricar un motor nuevo. Algo que reduce el coste del motor y beneficia al planeta.
Un aspecto interesante de la reconstrucción de motores es que es una actividad que forma parte de la economía circular. Del reciclaje y la reutilización. Con esta práctica aumentamos la vida de los motores y los vehículos. Consiguiendo que un motor utilizado se reconvierta en un motor con la misma fiabilidad que uno nuevo. Rompiendo, de esta forma, la dinámica de la obsolescencia programada. La que nos obliga a comprar un coche nuevo en el momento en que nos empieza a dar problemas con el motor.
Por todo esto, si te gusta el mundo del automóvil y tienes conocimientos mecánicos, la reconstrucción de motores puede ser una entrada más para tu taller.