Una buena cristalería para un negocio de hostelería

Si tienes o piensas tener un negocio relacionado con el sector de la hostelería, inevitablemente, tendrás en mente hacerte con una cristalería para el local que diga mucho de tu negocio. Muchos locales de restauración no prestan especial atención a este detalle y cuentan con los vasos y copas más típicos y comunes. Lo cierto es que a los clientes, les llama mucho la atención cuando se encuentras con vasos o copas con diseños diferentes. Copas de vino singulares, cócteles servidos en copas grandes o vasos para el agua con diseños más vanguardistas.

Empresas como Giona Premium Glass, expertas en cristalería premium para restauración, ofrecen siempre novedades en cuestión de diseño y calidad para que el sector, brille a causa de los reflejos del cristal. Los más detallistas, siempre buscarán una cristalería más novedosa y espectacular, porque sí, hay cristalerías muy vanguardistas y diseños con un estilo muy singular.

El buen restaurador sabe bien que la presentación de una mesa es algo fundamental para que el cliente se sorprenda antes de sentarse. Sucede igual con el servicio de cualquier bebida que puede resultar muy atractiva si la sirves en un vaso o copa elegante y de diseño en lugar de en el vaso o taza de siempre. Si nos ceñimos a la presentación de una mesa, la mantelería, la disposición de los elementos, la vajilla, la cubertería y la cristalería, deben componer un decorado ideal para ofrecer el servicio más profesional y dar el toque de distinción a lo que se sirve en los platos.

Aunque pueda parecer una cuestión banal, estos elementos influyen mucho en la experiencia y satisfacción de los clientes. Todos sabemos que una buena presentación hace que el producto a servir, sea líquido o sólido, sepa mejor. Por eso existen diversos tipos de cristalería y diferentes vasos, copas o tazas para servir. No sabe igual un café en taza que en vaso de plástico y un buen vino o cóctel sabe mejor en su correspondiente copa.

A la hora de elegir la cristalería, tanto en bares o cafeterías como restaurantes, el tipo, estilo y estética de vasos y copas deben adaptarse al estilo del negocio, debiendo combinar la parte funcional de los mismos con la estética. Veamos algunos consejos de los profesionales para elegir la mejor cristalería y prolongar su vida útil.

Como manipular y almacenar la cristalería para que luzca

Todos hemos experimentado alguna vez esa sensación de estar tomando una copa o refresco en una copa o vaso que parece sucio. Ese efecto rayado que suelen presentar las cristalerías suele ser a causa de una mala manipulación y un lavado agresivo. Para evitar el desgaste de la cristalería, hay que seguir una serie de pautas a la hora de su manipulación y posterior almacenamiento.

Evidentemente hay que lavar cada vaso o copa tras cada uso, para hacerlo, los locales de hostelería no tienen más remedio que utilizar un lavavajillas. No es posible ni adecuado lavar a mano toda la cristalería de forma constante, dado que la rotación de la misma es constante. En el lavavajillas hay que colocar todos los vasos y copas boca abajo separados, es decir, hay que evitar apilar y que se toquen entre sí. El agua del aparato debe ser estar a una temperatura media o tibia y los detergentes han de ser suaves y efectivos pero no agresivos. Si la cristalería cuenta con detalles metalizados o se trata de un cristal muy fino, conviene lavarlos a mano. Evitar usarlos de forma inmediata puesto que el cristal es sensible a los cambios de temperatura que pueden dañarlos e incluso romperse debido a ellos.

La mejor manera de secarlos es al aire. Si queda algún resto de agua, para evitar las manchas que esta deja, es conveniente secarlos con un paño de microfibra. Guardarlos a medio secar puede conllevar la aparición de esas manchas y producir un aspecto sucio y feo.

Existen carritos específicos para transportar la cristalería y recoger las mesas, algo muy útil para evitar que se rompan al llevarlos de un lado a otro y permitir un secado homogéneo tras su paso por el lavavajillas. A la hora de manipular tanto vasos como copas, deben cogerse por la base o zona central mientras que las copas deben cogerse por el tallo, nunca deben ser cogidos por la parte superior (error más que habitual) para evitar roturas y hacer el proceso de manera más higiénica.

Otro aspecto fundamental para mantener la cristalería en óptimas condiciones y a salvo de riesgos, es procurar un buen almacenamiento. El mueble en el que se coloquen debe ser una vitrina cerrada, de este modo, se evita la entrada y acumulación de polvo, permitiendo ver toda la cristalería y tenerla localizada para su uso.

No es nada conveniente apilar los vasos unos sobre otros. Esto provoca rozaduras y grietas. En el caso de que sean apilables, un máximo de dos o tres vasos es lo más adecuado. La separación entre las piezas debe ser de al menos medio centímetro. En cuanto a las copas, no deben apilarse bajo ningún concepto. Colocarlos sobre alfombrillas o algún forro en lugar de hacerlo directamente sobre la superficie ayuda a evitar roturas y permiten la circulación del aire.

Es prudente colocar los vasos y copas por tipología en lugar de hacer un popurrí. De esta manera se gana en rapidez y eficiencia a la hora de prestar el servicio. Las copas más altas al fondo y en orden descendente para poder sacarlas más fácilmente. En función del lugar donde este colocadas deberán estar boca abajo o de pie. Los colgadores específicos para cristalería, son ideales para colocarlas boca abajo, permitir su ventilación y evitar que el polvo se acumule. Si se guardan de pie, dejarlas bocarriba para que respiren.

Tipos de cristalería en función de las necesidades

La tipología de la cristalería es muy amplia y variada. Es importante a la hora de tener o montar un negocio de estas características, conocer las diferentes opciones para elegir las que más se adapten al mismo. Esto debe hacerse en función del tipo de servicio que se ofrece y los clientes que van a acudir al local. Evidentemente en un bar de copas, no serán necesarios los vasos de agua aunque no estará de más tener unas docenas.

Una de las copas que no pueden faltar, son las copas de vino. En este terreno la variedad es amplísima, siendo su mayor diferencia el tipo de vino que se vaya a servir en ellas, tinto, blanco, dulce… Las de vino tinto son anchas, para permitir que el vino respire. Las de vino blanco, suelen ser más pequeñas y estrechas, de cuello largo para mantener la temperatura. En el servicio nunca deben llenarse.

Las copas de agua quedan más elegantes que el vaso simple. Son ligeramente abombadas, de tipo globo. Son versátiles y válidas para más usos, como el vino, la cerveza o refrescos. Este tipo de cristalería no debe faltar en ningún local.

Las copas de champán pueden ser de varios tipos, aunque la más utilizada en hostelería es la de tipo flauta, estrecha y alargada que mantiene las burbujas, la clásica es de boca ancha y poca altura.

Copas de balón, con forma redondeada y más anchas en la parte inferior son las ideales para bares de copas donde se sirven bebidas espirituosas a temperatura ambiente como el brandy o el coñac.

No pueden faltar en estos locales las copas de cóctel, con tallo alto para los cócteles tipo “margarita” y las tipo “Martini” de cuello muy delgado son las más habituales aunque la gama es más amplia.

Inevitable contar en la cristalería con copas de Jerez. Tamaño medio y pie corto, ideales para vinos dulces como el que da nombre a la categoría, los Finos, el vino de Oporto, etc.

Locales donde la coctelería tropical es el reclamo, deben contar con copas hurricane. Alargadas y estrechándose en el centro para ensancharse en la parte superior, hacen que todo lo que se sirva en ellas quede impresionante. Cócteles tropicales, helados o batidos, no pueden servirse de otra manera.

El inconfundible vaso largo o de tubo, en el que se sirven desde combinados hasta agua o cerveza, no puede faltar en la cristalería de cualquier local. Todas las bebidas que se sirven con hielo, se sirven en vaso de tubo.

También es posible encontrar el vaso Collins, largo y con el culo grueso, de capacidad mayor, ideal para refrescos, zumos, combinados… versátil y elegante para disfrutar de las bebidas más grandes.

Tampoco pueden faltar vasos rock glass, cortos, anchos y pesados, para bebidas de alta graduación alcohólica sin combinar, como el whisky. Existen varios diseños todos ellos de elevada resistencia. Para las bebidas calientes o batidos, vasos o copas toddy, anchas, de cristal fuerte y con asa, tradicionalmente utilizado para servir café irlandés. No podemos terminar sin mencionar los vasos de chupito que encontramos en todos los locales y las jarras de cerveza que, bien heladas, impiden que la cerveza mantenga su temperatura fría.

Como se observa la variedad es mucha y aunque no hay que tener muchas piezas de todas ellas, si conviene disponer de algunas de cada una y muchas de las más utilizadas.

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