Por qué es importante contar con un abogado en la reclamación de deudas.

Por desgracia, esto que mencionamos en el título se vuelve una realidad bastante frecuente para cualquier empresario: la aparición de deudas, y el consecuente proceso de reclamación de las mismas. Así es, esta incómoda situación puede pasarle a todo aquel que tenga un negocio, y no siempre ocurre por culpa de una mala gestión; también puede deberse a una mala racha económica, a una mala decisión al confiar en alguien, o simplemente a falta de voluntad. 

Sea cual sea el motivo, lo cierto es que el impago existe, y se convierte en un problema serio cuando empieza a afectar a la liquidez, a la estabilidad y a la continuidad de la empresa. Es en ese momento cuando muchas empresas y autónomos se preguntan: “¿Y ahora qué hago?”

Y nosotros tenemos la respuesta: Debes llamar a un abogado ¡Cuánto antes! Piensa que no se trata solo de recuperar el dinero, sino de hacerlo bien, sin meterse en líos innecesarios, sin poner en riesgo la imagen de la empresa y, sobre todo, sin cometer errores que luego salgan caros.

Dejar pasar el tiempo, el error más común.

Muchas veces, para evitar el conflicto, las empresas prefieren esperar a que todo se arregle sin “tensiones”: se fían del cliente, confían en que «ya pagará», y dejan que los meses pasen sin hacer nada más que enviar recordatorios por correo. El problema aquí, es que el tiempo juega en contra: cada día que pasa sin reclamar de forma correcta la deuda, se debilita la posición legal, y de hecho, incluso puede llegar a prescribir, y con ello se pierde por completo el derecho a reclamar.

El equipo especializado de Abogados Unidos hace referencia en este sentido al derecho civil, y nos explican cómo un abogado aborda este tipo de problemas: evalúa la situación, revisa la documentación, valora la solvencia del deudor y, lo más importante, establece una estrategia para recuperar el importe de forma eficaz y con la menor fricción posible.

Si esto no te ha convencido, no te preocupes, a continuación vamos a darte 7 razones más para que entiendas por qué el papel del abogado es lo más adecuado para ti si necesitas reclamar una deuda:

  1. Es profesional. 

Como hemos mencionado, cuando una empresa decide gestionar por su cuenta una deuda impagada, suele hacerlo con llamadas, correos e incluso mensajes informales, y aunque cabe destacar que esa insistencia puede servir en ciertos casos, lo cierto es que no siempre se obtiene el resultado deseado; de hecho, puede llegar a ser incluso contraproducente si se recurre a las amenazas o si se incumplen normas legales.

Un abogado, en cambio, actúa con profesionalidad desde el minuto uno, emitiendo un requerimiento formal de pago que tiene un peso legal claro y que marca el inicio de un proceso documentado. Esa formalidad además de proteger al que reclama, también brinda seriedad al proceso y presiona al deudor de una forma más práctica, ya que éste sabrá que está tratando con un profesional, y no con un simple acreedor improvisado.

     2. Contempla otras vías legales. 

No todo el mundo conoce las herramientas jurídicas que existen para reclamar una deuda: sin embargo, existe un gran abanico de posibilidades que solo un abogado conoce en profundidad.

Por ejemplo: muchas empresas desconocen que con un simple procedimiento monitorio  se puede obtener una resolución judicial que obligue al deudor a pagar, sin la necesidad de abogado ni procurador en la primera fase si la cantidad reclamada no supera los 2.000 €. Sin embargo, es importante saber que si el deudor se opone, se requerirá asistencia legal, y es ahí donde el papel del abogado marca la diferencia.

Además, si el caso se complica o si el deudor presenta oposición, ya no sirve con buenas intenciones: hay que tener argumentos legales, pruebas, y estar dispuesto a seguir adelante con todas las garantías.

   3. Evita errores que pueden costarnos dinero. 

Hay casos en los que la empresa tiene toda la razón, pero pierde el derecho a reclamar por no haber actuado bien. Presentar una demanda sin la documentación adecuada, no respetar los plazos de prescripción o no haber enviado previamente un requerimiento de pago válido son algunas de las decisiones que la empresa lamentará en un futuro si actúa sin conocimiento.

También puede pasar que el contenido de la factura no se corresponda con lo pactado, o que haya cláusulas ambiguas en los contratos; todo eso se revisa cuidadosamente cuando el caso lo lleva un abogado.

Desde el despacho jurídico, además, pueden ayudarte a redactar correctamente todos los documentos importantes, desde el contrato hasta el requerimiento, evitando que el deudor tenga argumentos legales para no pagar. De este modo, si se llega a juicio, ese trabajo previo habrá evitado muchos problemas futuros.

4. Consigue presión psicológica gracias al respaldo legal.

No es lo mismo recibir una llamada de la empresa reclamando una factura que un burofax redactado por un abogado con una advertencia clara de inicio de acciones legales si no se paga en plazo.

¿Y por qué decimos esto? Pues porque el respaldo legal impone; es un hecho. Da la sensación de que “esto va en serio”, y en muchos casos, es justo lo que hace falta para que el deudor reaccione y pague (y no porque le entre el miedo sin más, sino porque entiende que ya no puede seguir posponiendo el pago o ignorando los recordatorios sin meterse en líos legales).

Esto, en términos de recuperación de deudas, es lo más importante, ya que al fin y al cabo lo que busca un empresario es cobrar su deuda cuanto antes, no poner reclamaciones sin ton ni son.

   5. Ahorra tiempo, energía y disgustos.

En una empresa, el tiempo vale dinero, y cuando se invierte en perseguir a un cliente que no paga, se está perdiendo ese tiempo que podría ir destinado a clientes que sí responden (además del desgaste emocional que produce).

En cambio, contar con un abogado libera a la empresa de esa carga, ya que se encarga de todo el proceso, hace el seguimiento, informa de los avances y se ocupa de que el caso se mueva, sin que la empresa tenga que estar pendiente cada semana de si ha habido respuesta o no.

   6. Cuida la reputación empresarial y las relaciones futuras.

Muchas empresas tienen miedo de reclamar porque piensan que pueden dañar su imagen o perder clientes, pero la realidad es que una buena gestión de impagos mejora la reputación profesional.

Se deben establecer límites claros, y un abogado sabe cómo hacerlo sin romper relaciones innecesariamente. A veces, incluso logra acuerdos amistosos que preservan el vínculo comercial, pero con nuevas condiciones más seguras (como pago por adelantado o con avales).

   7. Logra prevenir a la empresa de futuros problemas. 

Además de ayudar en la reclamación puntual, un abogado también puede ayudarte a evitar que vuelva a pasar, revisando tus contratos, cambiando tus condiciones de cobro o incorporando cláusulas que te protejan más si se producen retrasos.

Ese trabajo preventivo es muchas veces lo que separa a una empresa que aprende de la experiencia de otra que vuelve a tropezar con la misma piedra.

Aclarando un tema importante: ¿Pero cuánto cuesta contratar a un abogado?

Uno de los miedos más comunes es pensar que contratar un abogado para reclamar una deuda será muy caro, pero lo cierto es que eso depende del caso y del despacho: muchos abogados ofrecen servicios concretos para tratar reclamaciones, con tarifas ajustadas o incluso con posibilidad de pactar honorarios según el éxito.

En algunos casos, incluso se pueden recuperar los gastos judiciales si el proceso termina con sentencia favorable, es decir: el deudor también paga los gastos derivados del juicio.

Entonces ¿Cuánto puede costarnos? Es difícil determinarlo, y además, cuanto mayor es la deuda mayor es el precio por servicio; eso sí, te decimos que de los 200 euros no bajarán por lo general. Aunque lo que sí te podemos confirmar al 100% es que son totalmente rentables, ya que como has podido comprobar a lo largo de este artículo, tomar decisiones por tu cuenta puede ser mucho peor.

¿Y qué pasa si el deudor no tiene dinero? ¿Merece la pena reclamar igualmente?

Siempre merece la pena reclamar:

Para empezar, que una empresa o particular atraviese dificultades no significa que esté en quiebra. Puede que no tenga liquidez puntual, pero sí bienes embargables, ingresos futuros o incluso contratos con otras entidades. Un abogado puede investigar la situación del deudor, acceder a registros públicos, valorar si hay activos a los que recurrir, y, en función de eso, diseñar una estrategia adecuada.

Además, iniciar el procedimiento permite dejar constancia de que se ha reclamado dentro del plazo legal. Incluso si no se consigue cobrar de inmediato, se puede obtener una sentencia firme que se quede registrada, de forma que si más adelante el deudor recupera solvencia, pueda ejecutarse. En ciertos casos, también se pueden aplicar intereses de demora o compensaciones.

Por eso, antes de descartar por completo una reclamación por miedo a que no pueda cobrar, lo mejor es dejarse asesorar, no lo olvides: contratar a un abogado para reclamar deudas es completamente rentable, y tu empresa lo agradecerá.

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